VERITAS PRÆVALEBIT: "La verdad prevalecerá"

miércoles, febrero 07, 2007

Antidiálogo

-Mi abuela era una bruja.
-Lo decís porque no conociste a la mía.
-Una vez, cuando era chica, me pidió que le diera un caramelo, inocentemente se lo di y al rato se apoderó de todo el paquete.
-A mí me devolvió un regalo que le había hecho alegando que no se sentía merecedora de semejante obsequio.
-La mía tenía zumbando a mi abuelo; lo hacía planchar, lavar, cocinar…claro así podía preservar la belleza de sus manos, nunca vi manos tan hermosas.
-La mía me incendió el diario que leía porque decía que no le prestaba atención cuando ella hablaba.

-Un día se metió en el baño mientras me duchaba y me dijo que nunca debía hablar con extraños, aunque me ofrecieran regalos tentadores.
-Qué bruja era mi abuela.
-Sí, una bruja.
-¿Dormimos?
-Sí, que descanses, chau.
-Chau.


miércoles, enero 31, 2007

La Columna de R. II: Watch out Tweety!

martes, enero 16, 2007

La piecita del fondo

Antes de abrir mis ojos supe con desesperación y angustia que no me hallaba en el mismo sitio en el que me había dormido la noche anterior. No recuerdo bien si me dolía más la espalda o el cuello, pues tenía la cabeza apoyada sobre un objeto extraño.
Pronto el rectángulo de luz que proyectaba la única ventanita del cuarto, iluminó –inocente y fría- la piecita del fondo de mi casa paterna. Olía a cemento y a bencina, como siempre.
Al intentar incorporarme hice chirriar con mi codo derecho a un pato de goma amarillenta, me asusté, pero no lo suficiente como para intentar huir ni comprender la extraña razón por la que me encontraba en ese lugar. Quizás haya sido la familiaridad de los objetos arrumbados la que devolvió cierta tranquilidad a mis presentimientos más siniestros.
Sobre un tablón que sostenía un tocadiscos Audinac y una regadera, una muñeca manca me guiñaba un ojo. Colgadas de las paredes, reconocí las herramientas de mi abuelo que con el óxido y el polvo habían perdido sus formas originales. En un rincón vislumbré la vieja cortadora de césped que mi padre nunca supo arreglar, sobre su base había una raqueta Wilson de madera y el gamulán de mi hermano.
El retrato de mi madre me observaba como la muñeca y una brújula descalibrada marcaba la orientación Sur.
Caminé unos pasos para observar de cerca un mueble descolado y sin querer pisé mi primer álbum de figuritas, incompleto. Descubrí muchos juguetes; el Simon Says, el Cubo Mágico, unas bolsitas de Tinenti, soldados de plomo, un reloj pulsera de Blancanieves y un andador con forma de caballito.
Sobre un repisa -pegadas a una copa que gané en mi primer torneo de pelota al cesto-, se exhibían como en una vidriera, cuatro botellas de gaseosas; Teem, Tab, Mirinda, Ginger Ale.
No faltó la cajita de música más triste del mundo ni el calefón Volcan, ni mi boletín de primer grado, ni el disco de Richard Cleyderman.
Recuperé la ansiedad y el miedo cuando noté que el reloj Longines daba las ocho -o las veinte-. Intenté abrir la puerta pero parecía más sellada que la de un féretro, volteé mi mirada hacia la única ventanita de la pieza; demasiado pequeña para mi cuerpo crecido. Volví a golpear la puerta, grité un poco y lloriqueé al recordar dos cosas importantes: que ese día era mi cumpleaños y que la casa paterna se había vendido hacía exactamente veinticinco años atrás.

jueves, enero 04, 2007

Cuentus Interruptus

"Rottenmeyer", "Rottenmeyer", me agrada nombrarla: "Rottenmeyer".
—Para pronunciar bien mi apellido hay que tomar mucha cerveza—, dijo una vez, mientras soltaba una ridícula carcajada que retumbó en la inmensidad de esta sala. Esa fue la única vez que le escuche decir una broma. Recuerdo que estaba contenta por mis acelerados progresos musicales. Y es que aquel día fue mucho más que una absurda acumulación de horas, fue una sinfonía; mis manos en el piano fluyendo como el agua en el río, mi padre observándonos desde la escalera y Rottenmeyer riendo como una foca.
Creo que Rottenmeyer no podría haber sido otra cosa que profesora de piano. A veces, para divertirme, le preguntaba seriamente si en verdad no era un personaje que se había fugado tímidamente de una novela Victoriana. ”Es que sus besos huelen a colorete, Rottenmeyer”. Pero yo no lo preguntaba sólo por el olor de sus mejillas, sino por un horrible camafeo rosado que siempre prendía en sus camisas y que guardaba una foto de sus padres, muertos. "Rottenmeyer, entschuldige bitte!". Recuerdo cuando la vi entrar en la sala por primera vez, mi padre la traía del hombro con esa expresión detestable que se le dibuja en la cara cuando pretende imponer su voluntad.
—Te presento a tu nueva profesora de piano. Espero que no le suceda lo mismo que al profesor Cravena.
—El profesor Cravena es un colega muy respetable—, interrumpió Rottenmeyer.
Tenía una voz aguda y nerviosa, afectada por un impostado acento alemán.
—Es que me formé en Viena—, explicó sonrojada.
En cuanto quedamos solos frente al piano, mire a Rottenmeyer fijamente a los ojos y le expliqué cuál seria nuestro pacto secreto de allí en adelante.
—Mire señorita, yo nunca voy a dejar de ver pelotas y rayas en esas partituras, amo a la música más que a nada en este mundo, pero créame que es inútil, usted es la profesora número cinco que pisa esta sala. Sucede que mi padre...
—Nada de tonterías—, interrumpió mientras me pegaba unos golpecitos en la cabeza con un lápiz negro—. No me haga perder el tiempo ni malgaste el dinero de su padre. Abra esta partitura y colóquela sobre el atril—.

miércoles, diciembre 27, 2006

Pie de barro

"También yo he sentido la inclinación a
obligarme, casi de una manera demoníaca,
a ser más fuerte de lo que en realidad soy."
SÖREN KIERKEGAARD

Voy con pie de barro, voy. Parece que a cada paso el peso del barro se pierde, pero voy. En las huellas de fango que desperdicio —o regalo— se revolcarán mil cerdos o crecerán cien flores. Voy como satélite, voy. Parece que en mi danza cortejo a un planeta, pero voy. En la estela que regalo —o desperdicio— algunos me olvidarán y otros apreciarán mi propia luz.
Voy como vara de equilibrista, voy. Parece que a cada paso tambaleo en el balanceo, pero voy. En la recta de la cuerda que transito —o golpeteo— algunos no reconocerán mi nombre y otros creerán que soy sostén.
No soy plomo, ni planeta, ni artista. Pero quiero florecer, brillar y sostenerte.

La increíble foto ha sido tomada por Ary y me la ha prestado gentilmente.

sábado, diciembre 23, 2006

En un taxi

-Ahora los hombres se están volviendo más femeninos, ¿viste?
-Sí, puede ser ¿Usted por qué?
-Se ponen cremas, se tiñen
-A mí me parece bien
-¡Hasta se depilan!
-¡¿Se depilan?!
-Sí, igual que las mujeres. Yo estuve en España hace unos meses y ví que los hombres se depilaban los pelos del pecho
-¡¿En serio?!
-Sí, yo me moría de la risa, estaba con un grupo de amigos argentinos y nos burlábamos de los gallegos, ¿viste?
-…
-Pero a las gallegas les gustaba, ¿eh? Decían que así pueden sentir mejor la suavidad de la piel del pecho, que no les pica y no sé qué otra huevada más ¿Qué sé yo…? Hay gustos para todo, ¿no?
-Sí, sí, claro...(¿Cuánto costará un pasaje a España?)

viernes, diciembre 15, 2006

Ella siempre me gana

Está bien pero yo lo que intento explicarte es otra. Sí, te escucho. Lo que pasa es que vos partís de una base que no. Nadie está diciendo que. Sí, te estoy escuchando. Mirá, yo creo que ¿Por qué no podemos? En definitiva acá lo que importa. Sí, yo te escuché pero parce que vos. En ningún momento quise decir. Claro, ahora resulta que ¿Yo soy la? ¿Yo soy? Pero. Sí, sí, ya te. No se pue. No sé, no. Ya ni me acuerdo por qué estamos discut. Okey. Ok. Bueno, bue.

jueves, diciembre 07, 2006

Sola

Me gusta apoyar el pico de esta botella de vino sobre el borde de esta copa de cristal y observar cómo esa impúdica gota resbala sobre las caras externas del cristal.
Me gusta mojar mi dedo y recorrer el camino morado que la gota trazó.
Me gusta abrir toda mi boca por una sola gota e imaginar, al menos por un ratito, que en mí se encarna una sensualidad tan especial, tan poderosa que hasta podría torcer una flor con un mínimo gesto.
Pero ya es medianoche; la hora en la que el carruaje se convierte en calabaza y mis metáforas se rinden ante todas las realidades posibles.
Ya es medianoche y creo, quizás inocentemente, que esta debe ser la hora en la que los amantes hacen el amor, mientras yo escribo esta enorme estupidez.

lunes, diciembre 04, 2006

Parónimo Escatológico

¡¡¡Hoy conocí a un hombre que se come las heces!!!

sábado, diciembre 02, 2006

Silencio

A veces, el silencio es la peor mentira (Miguel de Unamuno)*Silencio (Los Tipitos)*El hombre se adentra en la multitud por ahogar el clamor de su propio silencio (Rabindranath Tagore)*El silencio es dorado(The Tremeloes)*El silencio es la conversación de las personas que se quieren. Lo que cuenta no es lo que se dice, sino lo que no es necesario decir (Albert Camus)*Silencio Hospital (Fabulosos Cadillacs)*El silencio es la primera piedra del templo de la filosofía (Pitágoras)*Los sonidos del silencio (Simon&Garfunkel)*Si tienes palabras más fuertes que el silencio, habla. Si no las tienes, entonces guarda silencio (Eurípides)*Disfruta el silencio (Depeche Mode).
Quería invitarlos a disfrutar del silencio.

jueves, noviembre 23, 2006

A falta de Blocs, buenos son los Blogs

Como no encontré papel en la casa, decidí escribirte acá (¡¿Qué es lo que hacemos con los anotadores, la semana pasada había 3 en la mesa del comedor y ahora no hay ni un boleto de colectivo?!)
Te dejé una tarta en la heladera, sé que el atún no te gusta mucho pero por favor tirá la pizza porque está desde el domingo y ya huele mal, yo no lo hice porque después decís que invado tus espacios.
Hoy leí en el diario que un grupo de rock estadounidense les pondrá música a unos sonetos de Shakespeare…¿Viste, amor?, nunca es tarde para hacer lo que uno quiere.
Cuando leas esto, probablemente esté volando hacia Lima ¿Qué me deparará el destino?, ¿podré cumplir con las expectativas puestas en mí? Ya sé que te canso con estos pensamientos, pero yo no puedo con mi ansiedad, lo sabés.
Ojalá tenga tiempo para hacer el camino del Inca y si no puedo me consolaré mirando los surcos que bordean mi boca.
Estoy un poco asustada y tengo muchas ganas de comer ceviche. Si se cae el avión, la empresa debería pagarte 4 sueldos míos, ¡no dejes de reclamarlos!
Qué más, qué más…no quiero dejar de escribirte, escribirte es como tenerte cerca.
¡Ah!, hoy también leí algo que me gustó mucho, me trajo recuerdos:

“Habíamos entrado uno en el otro para luego caer rendidos en la ordinariez de las sábanas de algodón. Habíamos buceado en la interioridad propia y ajena para luego extrañarnos en las diferencias de nuestros cuerpos, para volver a la condena de desear de la vida algo que nunca será”.

Qué estúpidamente cursi soy.

Beso.
Nos vemos.

domingo, noviembre 19, 2006

Relaciones Laborales

En el fondo del pasillo, antes de llegar al baño de damas, se encuentra la cartelera de “Sociales” de la Gran Empresa. Allí, Juan Ignacio Bustos, Jefe de Relaciones Industriales de la Gran Empresa, colocó, con cierta vergüenza e indecisión, el siguiente aviso:

Regalo perra Ovejero, 10 años, sana, guardiana.

Se llama Lucy. Interno: 4120

La cartelera de “Sociales” es la vía de comunicación que muchos operarios eligen para vender o permutar cosas viejas, o bien para anunciar actividade tales como torneos de fútbol, fiestas o excursiones.
Juan Ignacio había meditado mucho antes de publicar el aviso. Él creía que ningún empleado administrativo hubiera utilizado la cartelera porque consideraba que los administrativos no tienen necesidad de vender o permutar cosas viejas y que cuando algo no les sirve hacen donaciones o simplemente tiran esas cosas viejas.
Pero la perra Lucy había sido la fiel compañera de su abuela, la había acompañado hasta su muerte y ahora que no le quedaban parientes vivos y que la pulcritud de su departamento no era el ambiente adecuado para Lucy, pensó que la mejor alternativa para ubicar al perro era recurrir a la cartelera de “Sociales”.
Después de tres días de haber publicado el aviso, el teléfono del interno 4120 sonó
- Sí.
- Hola, soy Vanesa Ferreti del sector de Estampado.
- Sí.
- Llamo por el aviso de la perrita Lucy.
- Sí.
- Quisiera llevármela a mi casa, el único problema es que vivo lejos y no tengo cómo llevarla.
- Antes que nada, quisiera aclararle que el perro no es Ovejero de raza.
- ¿Los Ovejeros son unos que tienen el hocico achatado?
- No.
- Ah, qué bueno, porque esos son los únicos que no me gustan, dicen que esos muerden la mano del que les da de comer. Yo quiero a la perra porque necesito que cuide mi casa, que meta un poco de miedo.
- En ése sentido no va a tener problema.

Juan Ignacio anotó la dirección de Vanesa y pensó que nunca había ido a Sarandí. Después observó detenidamente su legajo. La chica tenía 33 años y hacía siete que trabajaba en la Gran Empresa, al parecer vivía con su madre. Su trabajo consistía en accionar una máquina que imprimía estampas con el nombre de la Gran Empresa sobre cajas de madera.
Camino a Sarandí, Juan Ignacio pensó que Vanesa debería levantarse a las 4 de la mañana para llegar al trabajo, la misma hora en la que él lograba conciliar el sueño al menos tres veces por semana. Cuando Vanesa abrió la puerta, se sorprendió al ver que el dueño de la perra era el Jefe de Relaciones Industriales, pero rápidamente se acercó a Lucy y la abrazó como si se tratara de una vieja mascota que se había perdido y que un extraño traía de vuelta.
Juan Ignacio observó detenidamente la casa, tenía un solo cuarto que Vanesa compartía con su madre. Allí no había ningún sillón que romper ni alfombra que llenar de pelos y era imposible que se sintiera el olor a perro porque el olor a quema que venía del barrio era más fuerte que cualquier otro.
Antes de irse, Juan Ignacio les dejó a Vanesa y a su madre una bolsa grande de alimento balanceado, las mujeres se rieron a carcajadas y le juraron a Juan Ignacio que en esa casa se cocinaban los mejores guisos del mundo y que en ningún lado, ni siquiera en París, se debían comer los guisos que ellas cocinaban.
Con el asunto de la perra resuelto, Juan Ignacio pudo dormir mejor, pero eso no duró mucho tiempo porque Vanesa Ferreti, sin darse cuenta, comenzó a obstaculizar los planes de ascenso que el Jefe de Relaciones Industriales había desarrollado con brillante habilidad política dentro de la Gran Empresa.
Cada vez que Vanesa y Juan Ignacio se cruzaban por los pasillos, Vanesa se encargaba de contarle todo lo que la perra hacía en su nuevo hogar. Al principio le dijo que Lucy parecía triste y que a cierta hora del día se paraba detrás de la puerta, como si estuviera esperando a alguien, pero que de todos modos eso no le impedía ladrar con valentía si escuchaba ruidos extraños. Otro día, mientras Juan Ignacio conversaba con unos Gerentes en el pasillo, Vanesa se acercó para contarle con entusiasmo que Lucy ya estaba adaptaba y que todas las tardes corría al gato del vecino que osaba treparse por la medianera y que eso la alegraba porque el vecino era una mala persona.
Pero el colmo sucedió un día que Juan Ignacio caminaba con el Director de la Gran Empresa por el pasillo oblongo que conduce a la cartelera de “Sociales” y de frente distinguió a Vanesa que se aproximaba con una sonrisa. Juan Ignacio sintió que el tiempo se ralentaba y que a medida que la distancia entre ellos y la operaria se acortaba, sus planes de ascenso dentro de la Gran Empresa se hacían trizas.
Ésa vez, Juan Ignacio no pudo escuchar lo que Vanesa dijo porque el hervor de su cabeza no le permitió distinguir palabra alguna, sólo atinó a decir que había olvidado hacer un llamado telefónico importante y dejó solos a Vanesa y al Director en el pasillo oblongo.
Juan Ignacio dio algunas indicaciones a su secretaria y se fue al bar más cercano a la Gran Empresa. Allí, entre alcohol y cigarrillos, pensó en un plan para recuperar la brillante habilidad política que una estúpida estampadora había arruinado por un estúpido perro.
Cuando se hizo de noche tomó su auto, no estaba en condiciones de manejar pero el viaje se le hizo corto, mientras andaba por la autopista recordó el día en el que había irrumpido en la casa de su abuela, hacía días que no contestaba el teléfono y cuando abrió la puerta la encontró muerta junto a Lucy que lo miraba con recelo, pensó que esa perra nunca lo había querido.
Pateó la puerta y entró, Lucy se paró de un salto pero no ladró porque lo reconoció. Vanesa estaba en la cocina y Juan Ignacio se le acercó como una bala, la tomó del cuello y la zamarreó, primero la golpeó en la mejilla izquierda y le preguntó entre dientes si entendía la diferencia entre un operario, un jefe, un gerente y un director. Cuando Vanesa asintió con la cabeza, Juan Ignacio la volvió a golpear y le dijo que quien se creía que era para andar refregándole su dignidad de pobre, que no fuera estúpida porque la dignidad de los pobres no existía, que eso era sólo un invento de los poderosos para que los pobres se sientan orgullos de ser pobres y no pretendan ascender socialmente, pero que ella era tan idiota que no se había dado cuenta de eso.
Por fin Lucy comenzó a ladrar y Juan Ignacio soltó con fuerza a Vanesa. La perra corrió detrás del nieto de quien le había enseñado a cuidar, lo corrió hasta el auto y ladró, ladró y ladro y corrió hasta donde pudo, hasta donde sus patas de vieja guardiana le permitieron.

sábado, noviembre 11, 2006

Iris Humano - Iris Mecánico

El presentador se sentó sobre la banqueta de metal, con un pie tocó el piso y con el otro la barrita de metal que une las patas de la banqueta de metal.
Lo envolvía una atmósfera de gloria y laureles, tenía una mirada azul filosa, atrevida, tan atrevida que hacía reír.
Cuando todo estuvo listo y el presentador finalmente miró a la cámara, se produjo el primer gran encuentro. Su iris humano había tomado contacto con el iris mecánico de la cámara. El presentador pudo verlo todo. El presentador creyó ver al mundo entero que se le presentaba plano detrás del iris mecánico de la cámara.
Vio todo, vio alrededor de cien mil quinientas veinticuatro personas que lo miraban desde distintos lugares. Hizo foco con su propio iris humano en alguno de esos lugares y pudo ver cocinas, comedores, habitaciones, comercios. Vio todo tipo de personas al mismo tiempo, vio mujeres que estornudaban, que tosían, que reían. Vio hombres que hablaban, vio parejas desnudas que lo miraban con sosiego, vio platos de comida, objetos que le parecieron indescifrables, vio cosas desagradables. Vio doscientas cincuenta mil tipos de luces que se apagaban y se encendían con la velocidad propia de la luz. Escuchó cuatrocientos treinta y dos ruidos distintos, algunos eran conocidos, otros le parecieron desagradables y ensordecedores. Escuchó un murmullo de voces que no cesaba nunca, no pudo reconocer ninguna palabra, era como si hubiera metido su cabeza dentro de un panal de abejas.
Lo vio todo, vio cristales y manijas, vio encendedores y esterillas, vio perlas y rollos de papel higiénico, vio a un niño con bigotes de frutilla y a un perro que se lamía. Vio a su propia casa y a su mujer que lo aguardaba como siempre.
Cuando la luz roja de la cámara se encendió, le pareció que todo ese mundo plano que había detrás del iris mecánico y que él podía percibir con su iris humano, se detenía al unísono, entonces dijo lo de siempre:


Buenas noches, bienvenidos una vez más a….

Diez segundos después de haber terminado el programa, se produjo el segundo gran encuentro. Con discreción y timidez me asomé por detrás de la cámara, sabía que el presentador me estaba esperando y lo miré.
- ¿Quién sos?
- Soy nueva- Respondí.
Y nos quedamos unos segundos observándonos, él con su mirada azul filosa y atrevida de iris humano y yo con la mía gris y transparente de iris mecánico.



* El dibujo es creación de Mariposa Mística y me lo ha prestado gentilmente (http://mariposamistica.blogspot.com/)

viernes, noviembre 03, 2006

Stormy Weather

Dripping leaves sing: Feel me Feel me
(little trees lean deeply)
Breathe this freezing wind,
isn’t whistling?
Miss me Miss me
(dreams will sink in tingling streams)
Swim in this chilled sea,
isn’t it weeping? Drink me Drink me
(busy streets scream fiercely)
Heal this grieving skin,
isn’t it bleeding? Kiss me Kiss me

(in this city, mean spirits win)
Believe in this simple lyric,
isn’t is speaking?
Read me Read me
Missing thee is killing me,
isn’t it silly?

sábado, octubre 28, 2006

Truco Erótico

El Truco es mucho más que un entretenimiento lúdico; es también un juego de seducción, cargado de erotismo y poesía.
Si no lo creen, presten atención a la mayoría de las señas.


ancho de bastos dos

ancho de espadas


tres

siete "bravo" ...Y la poesía...

Alambre de siete hilos con palos de ñandubay, cigarros marca "La Tecla" y una "flor" de! Paraguay.

Pal juego soy atrevido, capaz de aceptar con nada; pero nunca digo "envido" si no es cierta la parada.

Por el río Paraná, venía navegando un piojo, con un hachazo en el ojo y una "flor" en el ojal.

miércoles, octubre 25, 2006

Vestido Azul

Todavía no puedo salir de la vergüenza, pasan los días y no hay caso, cada vez que recuerdo el hecho, me sonrojo como si todavía Agustín Alberdi me estuviera mirando con esa mirada entre sorprendida y libidinosa.
Resulta que hace un par de días una amiga me arregló una cita con una persona que, aparentemente, era especial para mí. Hace casi tres años que vengo conociendo gente “aparentemente especial para mí”. Pero bueno, los amigos son sagrados y aunque nunca vayan a comprender lo que uno verdaderamente desea, hay que aceptarlos y sobre todo no rechazar sistemáticamente sus propuestas.
A mí las citas arregladas no me gustan nada, pienso que son una hipocresía total. Uno tiene que disimular que en realidad se muere porque el otro definitivamente sea su media naranja y en vez de conversar acerca de lo que realmente interesa, hay que opinar sobre el país, quejarse del clima cambiante, contar lo que uno hace en el trabajo. Pero bueno, yo soy muy formal, siempre lo fui, y además si me negaba a asistir iba a tener que soportar un discurso acerca de mi miedo al compromiso y mi bloqueo sentimental y para eso ya la tengo a mi madre y a mi terapeuta. Así que dije que sí sin poner condición alguna.
Ahora me viene el recuerdo del hecho absurdo que sucedió aquella noche y un frío eléctrico recorre mi espalda.
Citas como éstas tuve muchas, antes solía tirarme el placard encima, pero con el tiempo fui optando por la ropa más cómoda. Recuerdo una vez me puse una pollera del tamaño de una vincha y después de unas caipiriñas a mi amiga se le ocurrió bailar, y en esos momentos no queda bien negarse, aún cuando uno no pueda moverse. Así que me paré como un poste y sacudí un poco las rodillas y los brazos. A veces la música brasileña puede ser odiosa.
La noche de la cita, esa noche absurda y trágica, tenía dos opciones: un vestido azul, sencillo, con breteles y escote en “V”, o un pantalón blanco holgado. Elegí el pantalón. Mal. Pésimo. Elegí mal, como siempre. Si hubiera optado por el vestido azul, no estaría escribiendo esta estúpida anécdota.
Mientras me maquillaba pensaba en Agustín Alberdi, quiero aclarar que éste Agustín Alberdi, no tiene nada que ver con el productor de publicidad. Agustín Alberdi es un nombre perfecto para imaginar cosas perfectas...Agustín Alberdi, Agustín Alberdi.
Llegué a la casa de mi amiga con media hora de retraso, antes de entrar al living ya tenía una caipiriña en la mano y ahí lo ví al Sr. Alberdi con toda su herencia patriótica arrojada sobre el sillón. Tenía cara de buen tipo, sería tonto no reconocer que apenas lo vi me relajé instantáneamente. Hay caras que a uno lo tranquilizan.
Se me está haciendo larga la anécdota así que voy al grano, al hecho trágico y absurdo.
Cenamos en el patio, había vino y peceto con ensaladas varias. Hablamos del trabajo y del país pero entre una cosa y la otra hacíamos chistes, el Sr. Alberdi se reía de mis chistes, los suyos no estaban nada mal, puede decirse que todo venía bien hasta que la vi.
Ahí estaba grande y marrón, mareada por las pintitas de las baldosas. Se me heló la sangre, odio profundamente a las cucarachas, es idiota, lo sé, pero les tengo miedo, sobre todo a esas enormes que aparecen en Primavera.
La sorpresa no me dio tiempo a reaccionar y en menos de un segundo la tenía trepando por mi tobillo, entonces lancé los cubiertos al demonio, creo que volqué mi vaso y una de las botellas, grité y moví de manera espástica mi pierna, lo que resultó peor porque la cucaracha se asustó y comenzó a subir con velocidad hasta mi rodilla. Entonces sin pensarlo, inmersa en una profunda sensación de asco y con miedo a que la intrusa se metiera entre mis piernas, me desabroché el pantalón y los bajé para ahuyentar a la maldita que ya estaba escalando por mis cuádriceps.
Finalmente la cucaracha voló, yo me subí el pantalón mientras por el rabillo de un ojo veía la mirada del Sr. Alberdi, una mirada entre sorprendida y libidinosa. Nadie dijo nada, creo que mi amiga se moría por reírse, todos nos moríamos por reírnos, y pienso que no lo hicimos porque estas citas de porquería te vuelven un poco artificial, inevitablemente.
Un hecho vergonzoso lo que ocurrió, si me hubiera puesto el vestido azul no estaría contando esta estúpida anécdota. Pero para ser sincera, lo de la cucaracha no fue lo peor. Lo peor, y lo que ahonda mi vergüenza, fue algo que dijo el Sr. Alberdi. En realidad no sé si efectivamente lo dijo o si es producto de mi imaginación, pero en un momento de la noche yo creo haber escuchado un susurro acaramelado de alcohol, que decía: Lástima no haber sido cucarachita....

domingo, octubre 22, 2006

Sueños

Te congelé con mis ojos albinos,
te doblegué con mi voluntad estoica,
te herí con clara conciencia,
te rasgué con mis manos de lija,
te mordí con palabras de fuego,
te enceguecí con mi soberbia fluorescente,
te desprecié con indiferencia infinita,
te hundí en mi errancia circular.
Te consolé con mi risa protocolar número tres,
pero no resultó. Entonces te abracé con
la fuerza de una serpiente y lloré.
Lloraba esquirlas, lloraba pedazos de vidrio,
y entre sollozos, dije: Mis sueños están rotos.

jueves, octubre 19, 2006

Eva


Si en el mundo no hubiera más que naturaleza
y retazos de hierba cubrieran mi cuerpo...
Y si, aburrida, sacudiera un árbol y sobre mis pálidos pies
cayera, roja y pulposa, una manzana...
Con deliciosa rebeldía y salvaje fruición, la mordería.

lunes, octubre 16, 2006

Una mujer engañada

Vuelvo a casa antes de lo previsto y encuentro a mi marido en la cama con otra mujer. Quedo perpleja mirándolos, ellos estúpidamente tratan de ocultarse entre las sábanas y digo:
—No sé cómo reaccionar—. Me quedo observándolos con la yema de dos dedos rozando mis labios, me inquieta que ninguno de los dos responda.
—Díganme qué quieren que haga, ¿quieren que grite? Porque si quieren me pongo a gritar—. Entonces comienzo a aullar las barbaridades más espantosas que jamás haya dicho.
—No te pongas así—dice mi marido.
—No me digas lo que tengo que hacer porque todavía no reaccioné—Golpeo la cómoda con el puño—¡Dije que quiero que me digan cómo tengo que reaccionar, mierda! Voy a entrar de nuevo.
Cierro la puerta, respiro hondo y vuelvo a entrar.
— ¡Oh, Ricardo!, ¿qué significa todo esto?
Ricardo me mira, no sabe si estoy jugando o si hablo en serio.
—Vos esperabas que reaccionara así, ¿no? Seguramente me ibas a decir que todo tenía una explicación, te ibas a enrollar en la sábana, ibas a acercarte para contenerme y yo te iba a pedir que no me tocaras después de haber estado con esa… ¿Cómo te llamás, querida?
—Marta.
— ¿Marta?—Miro a Ricardo fijamente a los ojos— ¿Marta?—La miro a Marta y a mi marido, a Marta y a mi marido— ¿M-a-r-t-a?—. Un violento ataque de risa se apodera de mí, es incontenible, no puedo parar. Entonces entre carcajadas le digo a mi marido que es obvio que esa reacción no sirve y le propongo otra. Cierro la puerta y un segundo después la vuelvo a abrir.
— ¡Oh!, disculpen—. Cierro la puerta y desde afuera grito:
—Ricardo, escuchame, me parece que nos tenemos que separar.
Mi marido me dice que sí, que la separación es inminente, que hace mucho que la relación no funciona, que lamenta no sé qué cosa y que él no hubiera deseado que todo acabara así, pero que a veces…
—Escuchame, querido, ¿vos te pensás que soy tarada, que te iba a resultar tan fácil? ¿Qué hacen vestidos ahora?, ¡sáquense la ropa porque todavía no reaccioné, mierda! Ahora voy a llamar por teléfono y voy a avisar que estoy a cinco cuadras de casa y vos Marta, te escondés en el placard.
Cierro la puerta, tomo el celular y llamo a mi propia casa pero me da ocupado. Entonces enfurecida abro la puerta y lo veo a Ricardo hablando por teléfono.
— ¿No ves que no estás hablando conmigo? ¿Y vos qué hacés que no estás en el placard?, ¡Marta!—. Y me vuelvo a morir de la risa y empiezo a zapatear una suerte de malambo en el umbral de mi propio cuarto y aleteo los brazos; un, dos, tres. Sí, sí, como la protagonista de una película que vi, ella zapateaba y aleteaba…Una lagrimita “pin”, dos lagrimitas “pin pin” y canto: “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”. Sigo aleteando y revoleo la cabeza.
—Mirame Ricardo, soy Gloria Trevi —Me canso un poquito, me agito, cada vez que trago saliva un cuchillo atraviesa mi garganta.
—Vení Marta, bailá conmigo—Aleteo y zapateo—Dejame que te cuente que yo tenía 20 y él 23—Me agito, estoy cansada, muy cansada.
—Punto y coma, el que no se escondió se embroma—. Pienso en mi mamá mientras giran los retratos, las mesitas de luz, la ventana, la puerta y me golpeo la rodilla con el vértice de la cama, me duele, “pin pin”.
—Te muestro la libreta Martita—Aleteo, aleteo y zapateo.
—Dame un besito, Ricardo—Hago trompita—Si ronca dalo vuelta Marta, que no hace falta planchar y lavar y prepará las milanesas para el jueves que se las come en tres bocados.
— ¿Por qué se van?, no me dejen ahora, cambien las sábanas, al menos—Aleteo y zapateo, recuerdo una tormenta en la montaña, un trébol y mi cuerpo cubierto de miel; luna de miel.
Se van, se me escapan, los sigo, los pierdo, entonces salgo al balcón y los veo cruzar la calle y grito: “¡Viva, viva, los locos que inventaron el amor!”

sábado, octubre 14, 2006

Patético

He descubierto que de las 16 horas que paso despierta durante cada día, dedico:

10 horas a trabajar con la PC
15 minutos a utilizar mi celular

1 hora a ver televisión




Conclusión: ¡¡¡Dedico 11 horas y 15 minutos a mirar pantallas!!!¿Qué hay del mundo que existe detrás de mis espaldas y de las pantallas? ¡¡¡Dios mío!!!, ahora mismo estoy mirando una pantalla, chau, sepan comprender.

miércoles, octubre 11, 2006

Pueyrredón y San Martín

La carta que adjunto fue enviada por Juan Martín de Pueyrredón a José de San Martín en septiembre de 1816. La epístola es muy famosa, no obstante, cada vez que la leo siento emoción. Es la emoción que surge de apreciar una relación que dos grandes de nuestra historia forjaron en función de una misma causa y de su lucha por conquistarla. Esa causa en común era la liberación de Chile y del Alto Perú.
Pueyrredón había sido nombrado Director Supremo por el Congreso de Tucumán y había aprobado con entusiasmo el proyecto de San Martín de liberar a Chile y al Alto Perú de la presencia española. A pesar de que el gobierno criollo le dio la máxima prioridad a la campaña de liberación, San Martín no se conformaba y desde Mendoza, abrumaba al Director con infinitos pedidos. Pueyrredón, amigo y compañero de cruzada, le escribió esta carta:

A más de las cuatrocientas frazadas remitidas de Córdoba, van ahora quinientos ponchos, únicos que he podido encontrar; están con repetición libradas órdenes a Córdoba para que se compren las que faltan al completo, librando su costo contra estas Cajas.
Está dada la orden más terminante al gobernador intendente para que haga regresar todos los arreos de mulas de esa ciudad y de la de San Juan; cuidaré su cumplimiento.
Está dada la orden para que se remitan a Vd. mil arrobas de charqui que me pide para mediados de diciembre: se hará.
Van oficios de reconocimiento a los cabildos de esa y demás ciudades de Cuyo.
Van los despachos de los oficiales.
Van todos los vestuarios pedidos y muchas más camisas. Si por casualidad faltasen de Córdoba en remitir las frazadas toque Vd. el arbitrio de un donativo de frazadas, ponchos o mantas viejas de ese vecindario y el de San Juan; no hay casa que no pueda desprenderse sin perjuicio de una manta vieja; es menester pordiosear cuando no hay otro remedio.
Van cuatrocientos recados.
Van hoy por el correo en un cajoncito los dos únicos clarines que se han encontrado.
En enero de este año se remitieron a Vd. 1.389 arrobas de charqui.
Van los doscientos sables de repuesto que me pidió.
Van doscientas tiendas de campaña o pabellones, y no hay más.
Va el mundo. Va el demonio. Va la carne.
Y no sé yo cómo me irá con las trampas en que quedo para pagarlo todo, a bien que en quebrando, cancelo cuentas con todos y me voy yo también para que Vd. me dé algo del charqui que le mando y no me vuelva a pedir más, si no quiere recibir la noticia de que he amanecido ahorcado en un tirante de la fortaleza.*
¡Qué bueno sería que los dirigentes de los países latinoamericanos y sudamericanos se hermanaran como lo hicieron San Martín y Pueyrredón y así lograr la independencia definitiva!
*Citado por Raffo de la Reta,Contribución histórica y documental, Buenos Aires, Peuser, 1921, tomo 1, pág. 103.

domingo, octubre 08, 2006

El primer café

Llegamos al café, yo me senté de espaldas al espejo y vos apoyaste tu libro sobre la mesa. No te diste cuenta, pero una gota de agua mojó progresivamente las primeras páginas del libro.
Después te pedí que me leyeras una parte; la de la mujer que se sienta frente a la ventana y dice: “Háblame como la lluvia y déjame escuchar”. No te lo dije, pero me gusta cómo escribís.
- El proceso creativo es muy extraño.
- Sí que lo es.
Debo confesarte que mientras hablabas del proceso creativo te hice el amor, construimos una casa en Carapachay, fuimos al supermercado, viajamos en colectivo, me emborraché y rompí una copa, te enojaste, cociné pollo, te hablé de mi madre, me entristecí frente a una ventana, pensé en escribir un cuento, recordé dos poesías. Hasta que miraste el reloj. ¡Insensato, los viernes blancos no tienen tiempo!
- Estás callada.
- Un poco, sí.
- Tengo que trabajar mañana.
- Qué lástima (ya te querés ir y todavía no te hablé de la lluvia que repica en mi techo, de las estrellas que la luna se tragó, del día que aprendí a mentir, de cuando me asustó la eternidad, de lo extraño que ha sido el amor para mí en estos últimos años. Ya te querés ir y todavía no sabés que puedo ser pluma y papel, que me torcí el tobillo al trepar un árbol, que cada día tiene su color, que voy a morir como murió mi abuela, que sigo esperando, que tu libro dice cosas que alguna vez pensé y que las agujas del tiempo me tienen acorralada)

Subí a tu auto. Mis palabras seguían presas del silencio. ¿Qué esperabas que dijera?, todo se había transformado en un gran corazón palpitante que retumbaba en mis orejas hirvientes. Por suerte la voz de Barry White me rescató del mutismo sepulcral.
- Me encanta Barry White.
- Murió hace 3 años.
(tengo que hablar, hablar, hablar, hoy es viernes 23, “…I don´t want clever conversations…”, el perfume lo compré en Londres, “…I love you just the way you are…”, SUPERMERCADO: PYONGYANG)
- Pyongyang es la capital de Corea del Norte.
- No lo sabía.
(no lo sabía, sabía, sabía, bía, saber, decir, saber decir, “…You´ll always have my unspoken passion…”)
Tu beso fraternal me dolió. Luego no quedó más que la puerta de mi casa, las llaves, un cuarto giro a la izquierda, un saludo, un cuarto giro a la derecha, cinco pasos, el ascensor, el espejo, mi cara, la verdad, una pluma, un papel y esta carta.

miércoles, octubre 04, 2006

Quise encontrarme.
Pero caminando hacia mí,
me perdí de mí.
Caminé,
busqué,
caminé,
trepé,
salté,
volé,
pregunté,
imploré,
lloré,
grité,
escapé,
paré y me vi.
Estaba como siempre: esperándome.

lunes, octubre 02, 2006

La columna de R.

sábado, septiembre 30, 2006

Rebelde

Alguna vez me encantaría fingir que me tropiezo y así poder abalanzarme sobre una pirámide de latas de tomates. Ver todas esas latas rodando por el suelo, bailando al ritmo de un estruendo de aluminio, de plástico y metal ...¡Cuánto placer!
Por una vez podría revertir el orden de las cosas. Sería como romper con los mandatos sociales y familiares, con los sistemas de gobierno corruptos ¡Con todos los sistemas!. Sería como un hachazo al capitalismo; el fin de la pobreza y de la desigualdad de oportunidades. ¡Adiós burocracia, inflación, recesión, desocupación! ¡Basta de prejuicios anquilosados en el seno de todas las culturas! ¡Adiós opinión pública! ¡Bienvenida la libertad de pensamiento y la diversidad! ¡Bast...
- ¿Abona en efectivo o con tarjeta?
- ¿Eh?, ah, eeehhh...con tickets.
- ¿Tiene tarjeta Disco Plus?
- No.
- ¿Me permitiría ver su bolso, por favor?
- Si, si, claro.

miércoles, septiembre 27, 2006

No esperabas

No esperabas la flor;
la rosa es sólo un símbolo.
No esperabas la luna;
el cielo está muy lejos.
No esperabas la lluvia;
el agua no tiene sabor.
Tiré la flor, la luna y la lluvia y
pensé: "no esperabas el amor".

domingo, septiembre 24, 2006

E=mc2

Y pensar que el nombre "Einstein" en Alemán, quiere decir: Un adoquín.

Algunas de sus frases célebres:

* El sentido común no es más que un depósito de prejuicios establecidos en la mente antes de cumplir dieciocho años.
* No sé qué armas se emplearían en la tercera guerra mundial, pero en la cuarta se usarán palos y piedras"
* No entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela.
* Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.

* Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.
* Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad.
* Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.

* Lo más difícil del mundo es entender el impuesto a las ganancias.
* Dios aprieta pero no ahorca.
* Lo único que interfiere con mi aprendizaje es mi educación.
http://ciencianet.com/citas.html
http://dix.osola.com/index.php

jueves, septiembre 21, 2006

Overwork Saturation

- Dear readers, friends and Blogmates…
- Queridos lectores, amigos y compañeros de Blog…
- I´m happy to tell you…
- Estoy feliz de contarles…
- That I`ve got a new job...
- Que tengo trabajo nuevo…
- I edit subtitles for films.
- Edito subtítulos para películas.

The End
Fin

lunes, septiembre 18, 2006

No es tan simple


Algunas personas se resisten a revelar aquellos pequeños secretos que marcan las grandes diferencias. Algunos lo hacen para mantener el monopolio del saber, otros porque no son didácticos, hay quienes les da pereza explayarse sobre un tema y otros simplemente están distraídos.
“¿Cuidar una planta?: le echás agua y ya”, “¿El mate?: calentás agua, ponés la yerba y listo”, “¿Un pollo?: prendés el horno, ponés el pollo en una fuente y esperás 40 minutos”.

Eso sí, cuando ocurren las desgracias — ese preciso momento en el que las cosas cambian de estado para siempre, es decir: de vivo a muerto, de crudo a quemado, de entero a mutilado, etc. — en ese mismísimo instante, comienzan a brotar aquellos pequeños secretos que marcan las grandes diferencias. La mayoría de las veces disfrazados de “obviedad” que no sólo revelan la verdad de las cosas sino que además ponen en evidencia nuestra ignorancia asesina.
“Era una planta de interior”, “Era con horno moderado, sino el pollo se quema por fuera y queda crudo por dentro”, “El agua estaba muy caliente y la yerba se quemó”, “Tenés que enmantecar la fuente, sino el pollo se pega”, “Acá hay demasiado sol, demasiado viento”.
Hoy me regalaron la planta que se ve en pantalla (Begonia) y estoy aterrada, tengo miedo de que muera. Si alguien sabe cómo cuidar Begonias agradeceré el consejo, yo por las dudas, decidí eternizarla en una foto.

Venganza (¡Las moralejas deberían ir al comienzo de los textos!): Una amiga me preguntó cómo se hace un Blog y le dije; “Es simple, entrás en la página principal y solita te va guiando”.

miércoles, septiembre 13, 2006

Corea del Norte

Ahora que lo pienso, la plantilla que elegí para el Blog se parece a la bandera de Corea del Norte.

Superficie: 122.762 Km2.
Capital: Pyongyang de 3.000.000 hab.
Población Total: 23.312.595.
Religión: La libertad religiosa es un derecho constitucional en Corea del Norte. Las más comunes son el budismo, el confucianismo, el chondokio y en las regiones interiores cultos chamánicos tradicionales.
Gobierno: El órgano máximo del Estado es la Asamblea Popular con 541 miembros.


Y como diría un amigo: "¿Qué tiene que ver el culo con la témpera celeste?"

Saber redactar

Sin ánimo de ofender a nadie ni de pecar de soberbia y con todas las intenciones de compartir algo divertido, los invito a leer estos 5 avisos que han sido recolectados de distintas parroquias. Fuentes bien informadas aseguran que todas son reales...¿Mi favorita? La número 4.

1) El próximo jueves, a las cinco de la tarde, se reunirá el grupo de las mamás. Cuantas señoras deseen entrar a formar parte de las mamás, por favor, se dirijan al párroco en su despacho.
2) Estimadas señoras, ¡no se olviden de la venta de beneficencia! Es una buena ocasión para liberarse de aquellas cosas inútiles que estorban en casa. Traigan a sus maridos.
3) El torneo de basquet de las parroquias continúa con el partido del próximo miércoles por la tarde. ¡Acompáñennos a derrotar a Cristo Rey!
4) El párroco encenderá su vela en la del altar. El diácono encenderá la suya en la del párroco, y luego encenderá uno por uno a todos los fieles de la primera fila.
5) Recuerden que el jueves empieza la catequesis para niños y niñas de ambos sexos.

Gentileza: Úrsula Albrecht

lunes, septiembre 11, 2006

Sinestesia

Yo creía que era parte de mi locura hasta que un buen día llegó a mis manos una nota periodística que de alguna manera le otorgaba cierto valor “científico” a mi síntoma: la Sinestesia.
Al parecer, un fenómeno por el cual un pequeño porcentaje de la población, experimenta simultáneamente sensaciones procedentes de dos sentidos cuando reciben estimulación en sólo uno de ellos. Esto significa que un “sinestésico” puede percibir vívidos colores o sabores cuando ve palabras escritas o cuando escucha música.
Hasta el momento se han documentado casos de distintas combinaciones posibles entre los diferentes sentidos.
Quisiera compartir mis combinaciones predilectas y personales. En esta oportunidad se trata de ciertas comidas y/o bebidas que algunos nombres propios me dan ganas de comer y/o beber.

Zinedine Zidane: Lemmon Pie.
Natasha Kinski: Jugo de naranja exprimido.
Franz Ferdinand: Pastafrola.
Federico Nietzsche: (no, knishes no) Caramelos de anís.
Claude Chabrol: Chocolate con pasas.
Verónica Varano: Banana split.
Rodolfo Ranni: Tagliatelle al scarparo.
Flavia Palmiero: Palmeritas.
Arthur Schopenhauer: Avellanas
Jacinta Pichimahuida: Huevo polle.
Jorge Valdano: Sopa.
Roger Federer: (no, Ferrero Roger no) Fideos con manteca y queso.
Grecia Colmenares: Bife de chorizo con papas fritas a la provenzal.
Sigmund Freud: Strudel de manzana.
Maya Plisetskaia: Miel.
Roque Narvaja: Menta y limón.
Florencio Escardó: Cheesecake de frutillas.

Beso

Mi primer beso duró lo que tarda un ascensor en bajar nueve pisos. Y no escuché música de violines ni el graznar de las gaviotas ni la fuerza de las olas al romper en la orilla. Más bien tuvo gusto a frutillas y una prolongada sensación de que el ascensor no se detendría jamás.

El poder del "Clic"

¿Se dieron cuenta del inmenso poder que tiene un simple “clic”?
Con un “clic” podemos: pagar cuentas, hacer las compras, vender, comunicarnos en la distancia, actualizarnos, educarnos, reventar nuestra computadora por bajar material afectado, satisfacer deseos sexuales, trabajar, jugar, etc.
Yo hice “clic” la semana pasada y me di cuenta de que muchos problemas del corazón se deben al enfrentamiento entre lo que uno cree que debería ser el amor y lo que en verdad siente.

Y yo con estas mechas

Quisiera saber por qué las mujeres tenemos esa maldita costumbre de cortarnos el pelo cuando nuestras vidas son un verdadero desastre. Como si el cambio de look fuera a alterar el curso de los acontecimientos desgraciados que nos atormentan.
Ahora tengo dos conflictos: Todos los problemas que tenía antes de ir a la peluquería y mi pelo!!!!! Que se ve HORRIBLE!!!!

Aplíquese la ley de Hoare sobre los grandes problemas (Murphy): En cada problema grande hay otro pequeño que lucha por salir.